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Claves para disfrutar al máximo un safari

Una de las experiencias más emocionantes que se pueden acometer cuando se viaja es hacer un safari; sea en el continente que sea, se trate de las sabanas africanas, de la jungla amazónica, del desierto australiano o de las selvas asiáticas, el momento en el que se tienen delante uno o varios animales salvajes es un instante mágico, en el que el tiempo parece detenerse para que, solo tú y las personas que te acompañan, y los animales salvajes de los que se trate, existáis en el mundo.

Esta entrada del blog está dedicada a ofrecer claves, pautas y recomendaciones para que el aprovechamiento de esa experiencia inigualable y de esos instantes mágicos sea el máximo posible.

Una primera clave que me gustaría ofrecer es la de… disfrutar el momento. Aunque suena a perogrullada, mucha gente no lo hace porque se empeña en tratar de captar con fotografías o videos un momento que por lo general es muy breve en el tiempo y que precisamente por eso, y por ser tan especial, merece ser disfrutado con todos los sentidos y con atención plena. Salvo que se sea un fotógrafo muy experimentado y hábil, difícilmente se van a conseguir imágenes o videos mejores de los que es posible conseguir en Internet, o de los que nos va a poder enviar nuestro guía, quien, él tal vez sí, puede intentar inmortalizar el momento habida cuenta de que para él no es algo que presencie y experimente con tan poca frecuencia como nosotros.

Una segunda clave es la de tratar de aprovechar al máximo el conocimiento de nuestro guía, no solo atendiendo a todas sus explicaciones, sino incluso yendo un paso más allá y haciéndole preguntas y planteándole todas las dudas que nos puedan surgir. Más allá de la emoción que proporcionan los puros momentos de avistamiento de animales, hacer una experiencia de safari es una oportunidad única de entender el funcionamiento de la naturaleza. Vuestro guía os contará cosas acerca del hábitat de los animales, de sus costumbres, de lo que hacen en uno y otro momento del día, de sus relaciones con otras especies, etc, y el conjunto de todas esas cuestiones aprendidas os permitirá obtener un entendimiento mucho mayor del que teníais antes de la experiencia sobre la naturaleza en general y sobre el tipo de medio en el que el safari se desarrolle (sabana, selva, desierto, etc) en particular.

Otra clave que me gustaría ofrecer es la de no olvidarse de disfrutar de los paisajes del medio en el que el safari tiene lugar, y es que, con frecuencia, enfrascados y emocionados como estamos con la búsqueda de animales y con el disfrute de los momentos en los que los tenemos delante, solemos obviar que selvas, sabanas y desiertos ofrecen lugares y rincones de muy bella factura, en los que la orografía (montañas, depresiones, etc), la hidrografía (lagos y ríos) y la vegetación (árboles, arbustos, matorrales…) se combinan para ofrecer estampas muy bellas.

Por supuesto, es de tremenda importancia respetar todas las recomendaciones o incluso normas que los guías de la actividad nos propongan, pues ello no solo se traducirá en un mayor respeto por la vida salvaje y en un mejor mantenimiento de las condiciones en las que los animales salvajes viven, sino que también traerá un aumento de la probabilidad de ver especies salvajes (en ese sentido, debemos esforzarnos por no hacer ruido, por no hacer movimientos bruscos que puedan asustar a los animales, etc).

Y ya por último, no recomendaría emplear demasiado tiempo antes del safari en tratar de conseguir material y equipo que permita disfrutar más o mejor del safari, porque casi todas las compañías que hacen safaris suelen ofrecerle a los participantes en la experiencia material diverso como prismáticos, sombreros, guías de aves o de mamíferos de la región por la que el safari se desarrolla, etc.